Las asambleas habrán terminado dentro de pocas semanas. La reorganización y reprogramaciones no se harán esperar. ¿Serán promesas de elecciones? ¿Se podrán realizar y llevar a feliz término todos los compromisos y todas las propuestas escuchadas? ¿El presupuesto si dará para tanto?
Y, nuestra capacidad administrativa, ingenio y demás características personales nos alcanzarán para cumplir y quedar bien con quienes han confiado en nosotros y nos han dado su apoyo, confianza, cariño y amistad.
Ahora sí a trabajar, a poner nuestra inteligencia, ingenio y voluntad para sacar adelante, poco a poco pero con la mayor diligencia y voluntad, la programación de reparaciones, obras nuevas, mantenimientos e inversiones que la comunidad confía realicemos para mejorar y valorizar su copropiedad.
Nosotros los administradores, venimos siendo como los Alcaldes, porqué trabajamos con presupuestos que nunca alcanzan, resolviendo imprevistos día a día, tratando de satisfacer a nuestros gobernados, recibiendo la incomprensión de la gente y las críticas porque las cosas no salieron cómo ellos pensaban.
Paciencia, paciencia es lo que debemos de tener para soportar, a veces, tanto improperio, altanería y grosería. Mantenernos en nuestros cabales, respirar profundo y aguantar, tratando de aclarar y explicar por qué se hizo tal o cual trabajo así, por qué se contrató a X y no a Y, empresa o contratista.
Ánimo compañeros, adelante, muchos éxitos y logros positivos en su abnegada labor de servicio a la comunidad. Nuestros mejores parabienes.
Artículo colaborativo redactado por: Luis Alberto Pachón.
